A veces la nostalgia evoca rostros descoloridos,
dejavú de emociones momentáneas.
A veces tengo la necesidad fugaz del retorno,
pero es un terreno blando e incierto el de los sentimientos.
A veces el silencio es mi aliado más inteligente,
mi bozal ante la incertidumbre.
A veces el juego es traicionero y solo un jugador
traspasa los límites, el otro se queda en el punto de partida.
A veces lo paralelo se aleja tanto
que se logran distinguir las diferencias.
A veces el miedo causa ceguera y
se limitan las posibilidades.
A veces las oportunidades se rifan y es otro quien
las gana.
A veces la última vez
es la mejor.