Fueron canciones, fueron sonidos,
ritmos bailados bajo la lluvia,
el vals que danzan tristes los cisnes
en la laguna.
Fue la milonga que quiebra el tango,
entre arrabales fue su figura,
el sensual trasluz de un gris boceto,
noche y pintura.
Fue un dulce adagio, lento y tranquilo,
hojas de otoño en la partitura,
el atardecer de la nostalgia,
fue la ternura.
Fue ese suspiro de un blues maldito,
en clave triste, notas difusas,
melancolía, la melodía
de la amargura.
Fue el movimiento de unas caderas,
el sabor dulce que me tortura,
la sexual salsa de piel de azúcar,
fue sabrosura.
Fue la bachata que huele a peligro,
luces y sombras de una aventura,
propuesta indecente en boca ardiente,
fue travesura.
Fue como cuerdas de una guitarra,
el clavelito en una bandurria,
el sutil tacto de unos acordes,
fue piel desnuda…
Fue un flamenquito de madrugada,
bella gitana bajo la luna,
el sentimiento, fruta prohibida,
fue la censura.
Fue eco del soul surgido del alma,
una princesa de lluvia púrpura,
coro de besos, ritmos sinfónicos,
fue tan profunda…
Esos sonidos, la risa, el llanto,
de esas que fueron y son mis musas,
sones alegres, dramas sonoros,
fueron mí música.