Tengo lo poco que es mío:
Este cuerpo, esto que os escribo...
Y mas no pido. Miro al cielo
Y recibo su luz con mis ojos abiertos,
Erguido y despierto, y me siento mejor
Briyando, siendo un Sol,
Sin yanto, sí con Amor a todo
Cuánto tengo, que es poco,
Pero valoro el regalo que me ha sido dado.
Miro al cielo sonriendo. Soy aquel rayo
Que cayó de tan alto, inadvertido,
Felizmente yenando el vacío
De mi cuerpo físico,
De estas letras que os dedico,
Un fuego infinito..
Entre lo poco que tengo y es mío
Un beso metafísico, un abrazo de luz,
Un corazón convencido con su ritmo,
Concilio de razón e instinto,
Pero tú
Te me has perdido... Miro al cielo,
Acaricio el viento frío, mido el tiempo
Eterno en la plenitud de este instante
(Lo único que tengo; nada hay mas importante).
... Inmortales, quien iba a decirlo?
Nadie sabe, silencio, que es delito...
Acerquémonos:
Yo soy tu centro,
Tú eres el mío...
Lo único que tengo
Te lo doy
Somos los dos
Uno y el mismo...
El Amor, valioso tesoro,
Es la Vida.
Mira el cielo ahí arriba,
Nuestro reino
Adonde pronto volveremos...
Lo hermoso no se olvida...
Bueno, hemos venido...
El motivo,
Lo adivinas?
El Sol me seca estas lågrimas marchitas.
La noche espera escondida en su guarida
Mientras la rueda de la Vida gira cuesta arriba...
Agrias palabras atoradas en mi garganta,
Åcidas y amargas, de mar salada, desangran
Mi Alma, pero no pasa nada...
Gritos y piedras me sobrevuelan...
Al fuego eterno me aferro con toda mi fuerza.
Salgo fuera de las rejas
Girando hacia otro lado la cabeza;
Salto impávido a la palpitante hoguera...
Un gran silencio rodea mi expextante presencia;
Mediante extrema paciencia desarmo cadenas,
Me desentiendo de la ciencia carcelera
Y ahora es mi Alma sola quien piensa y dialoga;
Navego sobre sus ondas
Profundas, nebulosas,
Buscando una fôrmula contra el dolor que os acosa;
Hermanos, no le temåis a la sombra, es falsa,
La hemos creado de la maleza, a nuestra amenaza...
La razôn adivinadla... Tened en el Amor esperanza,
Y al invasor dad caza
Que esta es nuestra casa
Y nosotros la real raza,
Nuestra única riqueza la Verdad:
La luz estelar perdura aún en el Alma común, pura,
Y establece la diferencia entre la eternidad y la tumba