Sentado en el sofá escribiendo para pasar el día,
Para desahogar lo que lleva mi alma de melancolía,
Convirtiendo los latidos del corazón en filosofía,
Convirtiendo lágrimas en tinta, cambiando mi mundo,
Me hundo profundo para sacar el moribundo
Recuerdo que en mi habita, que me llena de inspiración
Como de desesperación y me recuerda la pasión
Que tengo por escribir. Así un día de ello vivir,
Para no repetir el año de invierno que soporte.
Encontré paz en la libreta, en todo lo que plasmaba,
Pero mi sonrisa como mis versos, desencajaba
Del compás, de la vida, sin sentido y a la deriva,
Iba. Pero hoy cada verso tiene su propio ritmo
Aun así encajan en el mismo compás.