Almatriste

El filo de tu navaja

Sé que fallé. Sé que fui un dado eterno.

Sé que, un día en febrero me rendí. Ese día me fui.

Sé que el dejavú del destino, se hizo presente. Real. Nunca lo imaginaba.

Sé que nunca secare tus lamentos, ni cegaré mis lagrimas, los que emergen cuando pienso en que andarás, los  que tienes en tus silencios, en tus momentos de soledad.

Perdón, perdón

Tal parece que las distancias se alargan, hay mas signos que así será para siempre.

 

Como duelen en el alma, como filosas navajas, como olvidar la deslealtad y la traición 

Me quedo en un mutis muy ruidoso, nunca creí que fueras capaz de poner gruesos barrotes de hierro. El hierro de las prisiones.

No se si me alcance vida para que me perdones, no lo sé. No sé si tenga tiempo para perdonarte.

Tal vez, sera mejor los miles de kilómetros de lejanía.

Mi corazón de piedra, ya se hizo arenilla.