Hable con la soledad, me comento que es
amiga de la distancia,
Compañera de la tristeza, y confidente
de la amargura,
Le hable de ti, me aconsejo que te
olvide, porque en mi no piensas,
Logro confundirme, Apareció la
preocupación
Y la duda se adueño de mis pensamientos,
Escuche sus burlas mientras mi corazón
lloraba en silencio,
La distancia se disculpo conmigo,
Se lamento de existir entre aquellos que
en verdad se aman,
Desde una reja de mi corazón el amor
gritaba,
Alguien suplicaba que lo escuchara,
Era la fe, escribió con letras claras,
“no me pierdas porque si lo haces habrás
perdido el amor de tu vida”
La felicidad saltaba para que lograra
verla,
Los recuerdos de nuestros momentos
vividos,
Se paseaban por mi mente,
Tus palabras y frases de amor me
hacían creer en ti nuevamente,
El amor lloro, al ver que dudaba de lo que
tú sentías,
Decidí abandonar la duda, no me importo
la soledad,
Hice desaparecer la amargura, La
distancia se quedo conmigo,
Con la condición de que algún días
desaparecería,
Me senté y pensé en ti,
La preocupación salió corriendo al mirar
todos nuestros secretos.
Me quede por un momento en silencio,
Pero de pronto escuche gritos de alegría,
Dentro de mí había una fiesta de
emociones compartidas,
Pude observar al amor bailando con la
alegría,
La fe corría detrás de la locura y ella
abrazo al cariño,
Me quede dormida y soñé contigo,
Un dulce te amo recorrió mis sentidos,
Volvió mi seguridad entendí que no te
había perdido,
Entendí que el amor es fuerte cuando se
alimenta diariamente.