Hierro pido
Sé que necesitas un ataúd bien contruído,
donde no puedan oxidarse tus huesos
que fundidos por la maldad y la flojedad
de tu carácter distraído, no salgan afuera.
Sé también como esas cosas que a veces
uno no quiere enterarse pero te llegan,
que la vanidad y lo asqueroso te rodea
y como puerco en el charco te resbalas.
El estiércol sucumbe tus horas enteras,
nadas sin poder suspirar por la peste,
la que tapa el cristal de tus lentes
¡pobre de tu ceguera!
tanto que pretendí enseñarte que afuera
había un fuerte rayo de sol en las noches
prendidas con el amor de las estrellas.
Todo cabizbajo hoy duermes en el hueco
pensando sin tener propios criterios,
caíste en la desgracia y no te es ajena,
la fosa que cavaste con hierros y cadenas
sin pagar aunque quieras, tu cementerio.
NellyCastell