Carlos Rojas Sifuentes

Ubicuidad

Un lunes en la mano

para llevarlo hasta el domingo

y así pasar el tiempo rodando

sobre las palabras

que llenan el espacio

de complaciente silencio.

Yo ya me caigo del bolso

sin mucho preámbulo

y me voy a remendar las ganas

de servirme del tiempo

para anochecer días incompletos,

que es una obligación

cubrirse de las penas

cuando se tiene tan pocas reservas

y el frío sube hasta el esternón.

Una banca me espera en el parque,

allá donde ocurren todas las cosas,

para dialogar con mi tiempo

y dejar ordenados mis asuntos

desde la noche al atardecer,

que uno no se parece a nadie

cuando se ha encontrado finalmente.