No necesito de este poema para decirte que te quiero
ni de ninguna canción para endulzarte
y si eres una harpía de las que lanza maletas a la calle
contento estaré de no dejarte
orgulloso de siempre ser primero
en palpar el meneo de tu talle
la insolencia de tu sensualidad
o la fragante voluntad de tus pupilas
Si he de padecer la dictadura de tus brazos
prefiero sufrirla hasta las últimas consecuencias
taponearé mis oídos con paciencia
llevará mi espalda lo pesado
de tu pesada carga dulce y tierna
yo te amo.