TARDIAMENTE.
La conocí en tiempo tardío,
ya con el amor en mí senil
y la amé como un chiquillo,
ternuras de corazón juvenil.
Y así aun tardíamente,
llegó a mi alma plena,
que no fue indiferente,
a su lozanía suprema.
Más tiempo y amor,
no tienen edad,
ni hay inmunidad,
ante tal detractor.
Se ama sin plena voluntad,
sojuzgados en nuestro sentir
y sin reparar en tiempo ni edad,
indefectible amamos sin asentir.
La conocí tardíamente
y aun tarde tanto la amé
y ella muy delicadamente,
amó el amor que le profesé.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Noviembre 21 del 2020.