Mi infancia está llena
de lágrimas a escondidas.
Después de insultos, de condenas,
era la soledad la que hacía heridas.
Recuerdo llorar en los rincones
cuando nadie me veía
Pues los que cantaban las canciones
estaban llenos de ego, de ira.
No conquistarían corazones
mis lágrimas, ni mi alegría.
Jugaban a aislarme,
y por si fuera poco
sabían cómo insultarme.
Eran años de acoso
si poder por dentro mostrarme.