No quería dar luz el amanecer
viniera la luz la noche no quería,
miedos de la maldad sentía,
la última noche que llegó ayer.
En la Ciudad todos aún dormían,
renunciados a intentar ser felices,
marchita lleva la vida sus matices,
por mal, que a los tiempos invadían.
Un viejo búho que anida el ciprés,
testigo amigo llamaba a la gente,
\'\'vengan, vengan es muy urgente\'\'
destorcer el mundo que va al revés.
Del oriente el Sol marcó su signo,
para despertar esperada primavera,
reprendió las sombras de afuera,
y campos que sembró lo maligno.
Sonó al alba dulce clarín de amor
sanando heridas almas dañadas,
y las manos que tanto esperabas
vinieron a tí, por un camino de flor.
Poeta al atardecer.