Pareciera que cada latido de mi fatigado corazón,
era un taladro, intentando socavar el muro
Que habíamos construido, con nuestras voluntarias rutinas de silencio
Con nuestros secretos que colgábamos en el espejo
El día que menos esperabas partí
El amanecer fue claridad en el pensamiento
Por primera vez no sentí dudas,
Era un coraje espontáneo, cargado de ímpetu
Sonreí ante la sensación de futuro
Deje de hablar conmigo mismo
Me abracé entrañablemente. Dispuesto a convertir en vida el camino
No sé porque seguía ahí, me lo preguntaré por siempre
Porque tanta complejidad entre la realidad y los afectos
Tantas confusiones entretejidas entre culpas y olvidos
Tanta angustia acumulada entre la noche que susurra
y el amanecer que te abofetea
No me busques más en tu espejo
No extrañarás mis versos,
Fuiste silente, impávida ante mi verbo
No estaré ausente, no habrá razón para la nostalgia
Si, partimos. Mi sonrisa me acompaña
En el equipaje tan solo guardo poemas
Imágenes, ternura, caricias, anhelos
Serán mis amantes, como antes fueron tus besos