Te vi llegar
cual dulce ruiseñor
que en su pico enreda
armonías de guitarra
Tu sonrisa alegre y contagiosa
le puso un moño de ternura,
de amor, y de locura
a mi vida taciturna y silenciosa.
Llegaste con tu mochila
cargada de sueños hermosos
para llenar de brillo mis pupilas,
opacas, por la falta de ilusión
Te vi llegar,
al verte, mi intuición
sin palabras elocuentes, me decía
no te apasiones
¿no ves que es coqueta?
esa mujer es una harpía
tiene un no sé qué,
que la delata, ¡es veleta!
Te vi llegar
y me aferré a tus encantos
sin hacerle caso a la razón.
no me di cuenta, de que fingías
tus ansias de pasión,
y todo el amor que me ofrecías
Cuando te vi partir
toda mi dicha se tornó en llanto
entonces, recién entonces, comprendí,
que se puede engañar al corazón,
más nunca, a la intuición.