FERNANDO NOVALBOS

JOHN GIORNO (1936-2019)

JOHN GIORNO (1936-2019)

 

Hay que hacer cosas que la gente común no entiende porque esas son las únicas cosas buenas. 

—Andy Wharhol 

 

Aquellos días de tristeza solitaria los pasé

alojado en un mundo

que no me tenía demasiado en cuenta,  

luchaba contra la melancolía penumbrosa 

que me tocó vivir desde su perspectiva, 

y de golpe anocheció,

como si la noche fuese un mito indiferente,

se dignó a oscurecerse, apretaba,

reconozco que cometí algunos errores,

para esfumarse de los principios de la tierra,

la luz,

surgiendo de ella una noticia inesperada, 

y honda.

 

La naturaleza azul de las hojas del árbol  

cayeron al suelo con el otoño

por donde anduvimos muy pocas horas antes,

renació un sentimiento enquistado, 

y la poesía, en su papel, con su tono de trino,

puso el equilibrio en el camino de la realidad 

que iba desangrándose en canal. 

 

La musa que anduvo incendiando las escenas

de diversos estilos de mi literatura íntima,

dejó de acompañarme, salió de mi vida,

le aliviaba redondearse en su posición,

saberse grande aunque fuera pequeña,

cuando había ido de mi mano

en la distancia que nos separaba,

incluso haciendo el amor con otro hombre

predominaba en mis sentimientos,

pero no se marchó de forma definitiva por lo que sé.

 

El desfiladero de despilfarros emocionales, 

desplumaba su forma de ser, 

correteaba en busca de una meta cercana,

y yo seguía rodeado de arte contemporáneo,

de vida cotidiana, de algún dolor revelado,

cumplimientos reservados para el corazón,

sin embargo el ánimo de encontrar

ritmos léxicos,  

dio alas a las palabras que escribo,

exploraciones desbordantes más allá de mí, 

allanaron el significado de los versos

que escapan en ocasiones al silencio audible.

hasta que me vi frente al espejo de la casa vacía, 

y estabas reflejada en mis ojos encharcados,

llorando,

las manos temblorosas y los labios resecos,

aunque la adrenalina desgarrada de mi propia química

decaiga, o adore a Baudelaire, Rimbaud, Eliot,

y muchos más que irás conociendo,

la poesía expresa tal intensidad que no deja 

de reinventarse desde los espacios más inusuales, 

y John Giorno,

en su fallecimiento inminente, no está ausente,

ni presente, ni muy lejos de aquí, 

sino inmerso al alma de la belleza,

en el límite de lo indivisible y la espontaneidad

que secuestra la muerte que se lleva la vida, 

cercado por extremos que experimentan 

la eternidad que desconocemos todos,  

como los que seguís sensiblemente la lectura

de esta lucha melancólica.

 

Nunca te irás, pero mientras tu vida sea vida,

sepas que en cada poema hablo de nosotros dos.