Mirada turbia que se asoma
sobre aquellas partes de mí que no puedo dejar libres,
tus pupilas me transitan, estoy asqueada del reflejo,
de verme en ti.
Me propongo salirme del encierro,
porque mi flor ya se apaga,
y se me cae el piso de los pies.
Soy un terremoto de ilusiones que giran
aunque el viento sople a tu favor,
avanzo sobre el carbón desmantelado,
ese que dejé caer luego del grito
y allí estas,
encarnando el egoísmo.
Me propongo dejarte así,
inconsciente y despiadado,
soy más que un cúmulo de emociones silvestres,
más que un ave que quiere volar.
Soy un torbellino,
capaz de destruirme y reinventarme,
como la última vez.
Me propongo hacerme mi dueña,
dejarte allí,
impotente y mortificado,
porque mi oxígeno se extingue
y he aprendido a soñar.