Me dijo: estuve pensando en
suspender.
¿Por qué?
Para ir a revisión y
verte.
Volví a hablar con alguien por
el placer de hablar.
Fantaseaba: me corría por
encima de su labio
superior.
Vámonos a Sudamérica, le
dije.
Sonrió.
Compré un regalo, una pieza de
futbolín, de la selección argentina.
Porque a ella le gusta el fútbol, por
Maradona, por Messi.
Pero no se la di.
La balconazi, la chismosa, la que
Siempre vigila, otea, estuvo a
Punto de verme.
Me asusté.
Trenes rigurosamente vigilados,
rigurosamente vigilados,
vigilados,
vigilado.