Volver, a mis horas vivas, entre sorbos de tus besos
A mi sangre ardiente, que reinventa mis versos
A las palabras agónicas, musitadas entre sábanas
Volver a quien eres, y por quien soy
Volver, al cuerpo bendito, ungido por tu humedad
A la razón para amar que me ha entregado tus labios
A mis versos susurrados tantas veces, hasta perder el sentido
Volver al tiempo y el espacio, en que desnudaba tu vientre
Volver, a la agonía de mi nombre, cuando me acerco a tu boca
A mi latido aquietado cuando descanso en tu pecho
Al naufragio de mi juicio, entre las sedas que cubren tu cuerpo
Volver, a la inconsciencia absoluta que me genero la entrega
Volver a ser poema, cuando olvido quien soy y descubro quién eres
Cuando el sabor de cada hora, es tu piel y tu aroma
Cuando tu mirada se clava en mis ojos y descubro tu alma
Cuando la pasión liberada, es oración y canto
Entre la noche oscura, y el amanecer a tu lado