Mareth

Yo, quise, podía y quería

Quise de todo olvidarme

quise ya no pensar,

podría a todos jurar

que ya no se amar ,

que solo se odiar .

Que el daño que causaron,

fue tan grande que cerraron

aquel noble corazón.

Y provoco tal desazón

que mate la inocencia,

para dar paso a la rebeldía,

que mate la gentileza,

y su lugar lo ocupó la vileza.

Tan triste y solitaria

me encontraría,

que la paz buscaría

pero luego lo olvidaría.

Olvidaría que un día el dolor

colmo de maldad

y de soledad,

un alma pura e inocente

que no conocía bien a la gente,

que no conocía bien el odio

y aquel demonio, 

dormido aun dentro de ella

fue despertándose, y aquella doncella

pura, casta y angelical.

Dio un giro muy radical

y su corazón se hizo piedra,

ella se convirtió en hiena

poco a poco se moría,

y ya no tenía memoria

de nada ni de nadie.

Ella hizo un largo viaje

aprendió a diferenciar,

cuando debía odiar y cuando amar .

Ahora simplemente hiere

pero no quiere,

es libre pero no libertina,

es crítica más no es cretina,

es insensible con hipócritas,

es dura con las “mentiritas”,

cuida quienes ama y la aman

pero desecha quienes a su código faltan.