Llega hasta mí el aroma de tu anhelo
envuelto con el tul que trae la luna,
recojo en mi placer esa fortuna
revuelto en la enmaraña de tu pelo.
Absorto con la brisa, suave velo
que cubre con tu amor, y ella me acuna
con el placer del sueño que me aúna
dentro del inconsciente de mi celo.
Abigarrado ensueño que resguarda
el sentir palpitar de mi delirio,
que a veces no es placer, que si martirio.
Fragancia que trae el viento salvaguarda
el consumo de olor, cálido Lirio
completo en lentitud cual bello cirio.
Roberto J. Martín