Hoy he clavado la mirada al cielo, entre la calma y la luz del sol ardiente, para sobre volar con la imaginación del tiempo, ancho y azul del mundo.
Observo lo frágil del resplandor del día, el cual invade mis ojos.
No dudo en recordar aquellos momentos bellos, los cuales soñé despierto ante el alba; seguro entre tu pecho yace mi inspiración para solo besar tus labios rojos.
Allí está el arquitecto del universo, obrando con sus bendiciones; él solo expande la tranquilidad y paz en nuestras vidas.
Pienso en tu amor cuando la brisa de la montaña sopla con frescura; el pensamiento es para ambos, quienes somos protagonistas.
Te espero siempre en mis sueños nocturnos bella mujer, tan noble como tus instintos; el solo esperar me desespera al no recibir tus abrazos.
Que venga el éxito con el dorado resplandor del oro ante nuestras vidas; éxito dorado como los rayos del sol, para moldear nuestros besos tibios…
RIVAS JOSE
Barinas –Venezuela
25-11-2020.