\"Antes de encarnar puedes creerlo,/ una voz me ordenó amarte./ Si es orden de Dios tengo que hacerlo/ y tú, tienes que dejarte\".
Ya pronto, muy pronto voy a nacer
y tú madre querida, ya me conoces.
Como yo que aunque no puedo ver
ya logro reconocer todas las voces.
Cuento cada minuto, cada segundo
que me falta por salir de tu vientre,
En razones para amarte ya abundo
y es fácil que en ti yo me concentre.
Ya reconozco quién a veces me toca,
quién se acerca en la noche y me canta,
quién tararea mi nombre y me invoca
y sus deseos de consentirme no aguanta.
Sé que ya me compraron toda la ropita,
que eligieron bien de qué color comprarla,
la alegría por mi llegada la siento infinita
y no hay nada con lo que pueda compararla.
Ya imagino a mi padre fumando impaciente
y tú con tu valor soportando tantos dolores,
percibo cómo será en ese lugar el ambiente
y la presión de las enfermeras y los doctores.
De un arco de colores en el cielo me hablaste
y que era en blanco y negro y de pronto cambió,
pues era parte de un cuento hermoso que contaste
en el cual el protagonista principal era siempre yo.
Esa canción de cuna que ya me tienes preparada
para dejarte descansar y me dé sueño tempranero,
vengo con muchas energías, no deseo verte enojada
si acaso un día me la cantas y tú te duermes primero.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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