Al igual que un dócil sueño, habitas en mí, te adentras, franqueas todo mi cuerpo, te espero, me encuentras. Como corazón agazapado, que esconde crúel secreto, de tu nombre enamorado, que por nombrarlo muero. Me hipnotiza tu mirada, al contemplar tu sonrisa, con mi piel que te extraña, y mi anhelo hecho trizas. Mi voluntad avasallada, recorre errante tu cielo, y los deseos de mi alma, lacerantes gotas de hielo. Y entregados ya mis sentidos, y la sangre de mis venas, me robas ahora los latidos, amor, ¿por qué me atormentas?