Hoy, mi imagen se reflejó
en el espejo de mi vida...
admirada me detuve
y le pregunté:
¿dónde está aquella otrora
azabache y hermosa cabellera?
¡En silencio, me sonrió...
y aumentó sus reflejos!
¡Entonces, comprendí
cuán rápido
ha pasado el tiempo...
ese tiempo que,
con sus travesuras,
ha pintado poco a poco
y con finos pinceles,
hebras plateadas
en mi cabellera!...
Nhylath
(MZV-016/0817)