Saltan las niñas
y juegan a la comba
en los portales.
Corren los niños
detrás de la pelota
y meten gol.
Niños y niñas
que van en nuestras almas
sin despertar.
Sueños e infancias
se juntan y reviven
en el otoño.
¡Qué bella edad,
con dulce colorido
embriagador!
Quiero ser niño,
en medio del poema
que da la vida.
Quizás soy verso
con letras descosidas
y sin metáfora.
Pero no importa,
el niño va en el hombre
y en su sonrisa.
Cantan las niñas...
El mundo se detiene...
Juegan los niños...
Rafael Sánchez Ortega ©
03/07/20