Bendito amor de tu inexperiencia
y relativas oscuridades.
Entre quiméricas ocurrencias
vive un sollozo de realidades.
Bendito amor de catastrofismos,
de nuestras luchas espirituales.
Hoy se asemeja a un espejismo
que nos reclama nuestras lealtades.
Bendito amor de fuego cruzado,
de altar de besos entre la guerra,
de recostarme siempre a tu lado.
Sentir tu llanto, escuchar tu queja.
Y ya no aguanto este conformismo
que nos dejó esta inútil reja,
si no te aleja de mi extremismo
y en mi pecho te encuentras cerca.