Tu amor, sigue presente en mis escritos, suave, como las notas de una melodía, fortaleciéndose en este curso maldito, de tempestades que vociferan rebeldía. Mi mente, rememora tu mirada serena, atesta de demencia mis pensamientos, ¡reo de mi locura! Le pido a la luna llena, no sucumbir ante tantos sentimientos. Mi imaginación, pretende encontrarte, pero mi vida no permite esta decisión, ¡gran insensatez! ¡Dispararte el buscarte! Gran enfrentamiento con mi corazón. Te fuiste marchando en un día nublado, marcando dos rumbos muy diferentes, aquí me abandonaste, herido y fustrado, almas al viento, absurdas y penitentes. Y aunque estés más alla del azul del mar, confieso, que continúas siendo mi sueño, creo, no podré olvidarte en la eternidad, porque al pesar del daño, ¡aún te quiero!