Los Ojos del Diablo
Cuidado se decía ella, por los ojos del diablo.
Un caño que poseía una de las leyendas más trágicas… -“que el que tome una flor en el caño de los ojos del diablo será perseguido hasta morir…”-, la recordaba ella.
Y la jovencita sólo quiso ser como esa flor y todo porque se veía reflejada en ella, si era una flor o un matojo, pero, más hermoso que la misma rosa, y los ojos del diablo ahí observando siempre a la flor.
La muchacha se adentró y dijo que -“no le importaba ninguna leyenda”-, y que la arrancaría de allí para ella misma.
Cuando entró cerca del caño, pudo observar adentro del caño y sí, algo la miraba, pero, no sabía qué era, cuando ella con muchos deseos de arrancar esa flor silvestre y que había nacido allí, pues, se opuso a ser perseguida por los ojos del diablo.
Y, ¿la arrancó?, pues, sí.
Y calladamente se fue hasta sus aposentos, y allí le regó agua y sol, y la mantuvo muy cerca de ella.
Cuando la miró fíjamente tenía los ojos del diablo, y no se supo más de ella.