El calor de tu palabra
En cada instante de nuestra existencia
he oído tu voz.
Tus palabras son cantos de corales
en piano y con andante,
a veces, voces de orfeones
subida en decibelios.
Pero siempre me gusta
oír tu voz.
Está pasando el tiempo para los dos,
deseo tu calor,
lo quiero coger junto a tu palabra,
sutilmente se evade.
Tengo suerte de estar dormido
y el subconsciente
elabora tu palabra dándole figura.
Por eso quiero asir el calor de tu palabra
para que me acompañe en los momentos
dulces,
agrestes,
secos y estrechos.
También deseo me acompañe
en los
dóciles,
gozosos,
y felices.
Deja que permanezca el tintineo como eco
y saboree tu dulzura.
Hoy pasan los años de vida
y todavía suenan tus palabras
llenando el vacío existente
adentro de mi pecho.
Cuando cierro mis ojos,
lleno mis fríos
con el calor de tu palabra.