Dios El Cristo
Raíz feraz que crece en tierra,
es como la hoz en altura en el cielo,
es como hallar a Dios El Cristo vivo,
pues, Él, ¡vive, vive y vive!,
semilla en el suelo que esparce sus frutos,
dejando raciocinio a sus hijos en tierra,
es como un renacer de nuevo,
dejando fértil todo,
pues, su forma de observar,
que por cada fruto se conocerá,
y es Él, el fruto más grande del mundo,
pues, de Él renacimos,
a nuestras alas abrió,
y quiso que volaremos lejos,
sin importar nada,
y todo porque siempre Él,
permanecerá a nuestro lado.
Dios el Rey Nuestro
Hoz en haz,
semilla prudente,
y raíz en crecer,
cuando ser caminante,
es como arribar en el amanecer,
con todo un sol como la luz del cielo,
que nos regala Dios,
pues, su manera de llegar no fue como todos,
en un pesebre nació,
con la fe de creer que la luz dió,
es luz y oscuridad,
cuando impone claridad,
es la vida, y como nadie Él la da,
cuando en sus manos hubo y hay anhelos,
cuando se venera en silencios,
lo que da y no es falsedad,
como Él expresó…
“Nadie me quita la vida sino que yo la doy
por mi propia voluntad…” Juan 10:18.