El color de tu mirada hirió la luz del viento
una noche de primavera, de nívea plata,
cuando corceles de sal sobre verdes olas
el inmenso océano de tu amor cabalgaban.
Un ramillete de aromas encendía el éter
en el velo de la noche que nos rodeaba
y bajo el halo de incandescencia carmesí
descubrí el color de tu mirada.
Tu ardiente luz hirió la niña de mis ojos
con lágrimas de amor y de dulce esperanza
que llenó de fuego mi corazón
en aquella noche de dulzura y añoranza.
El color de tu mirada brilló en las estrellas
una noche de primavera, noche de plata,
cuando el arrebolado fuego de tus aromas
se desvanecía en el piélago de mi nostalgia.
Aromas de nostalgia