Ahí van los fantasmas,
agreden y se esconden,
palabras sin beneficio,
hechos deleznables,
sin disculpas,
huyen,
sólo la muerte nos salva
de ellos o nosotros,
pero el mal perdura,
no existe policía,
justicia,
ni paredón,
¡qué buena sería la guillotina!
...