Doce años
.
Despierta de su cama ya casada
vendida por un pacto retorcido,
de blanco la pureza en su vestido
y en sus ojos la venda contratada
para ser al esposo regalada.
.
Sin apenas saber lo que ha ocurrido
ya tiene nuevo hogar un nuevo nido
con opciones a ser dueña de nada
.
Con doce años el juego a terminado.
si hay protestas no habrá quien las escuche
y el castigo será tal vez peor
.
Que pena y amargura el resultado
alejada del oso de peluche
la infancia se merece algo mejor.