Ramón Bonachí

Doce años

Doce años

.

Despierta de su cama ya casada

vendida por un pacto retorcido,

de blanco la pureza en su vestido

y en sus ojos la venda contratada

para ser al esposo regalada.

.

Sin apenas saber lo que ha ocurrido

ya tiene nuevo hogar un nuevo nido

con opciones a ser dueña de nada

.

Con doce años el juego a terminado.

si hay protestas no habrá quien las escuche 

y el castigo será tal vez peor

.

Que pena y amargura el resultado

alejada del oso de peluche

la infancia se merece algo mejor.