Induzco y deduzco cada gesto,
cada vez que salgo a la calle.
Observo y callo,
detrás de este pedazo de tela,
que sólo me deja asomar la vista y poco me deja respirar,
en medio de la pandemia.
Amables pero nerviosos,
conocidos pero distantes,
juntos pero aislados,
Antilogías de lo que somos y lo que debemos ser,
y todo esto, una y otra vez,
cuando se anda por la calle.
Olvidamos el rostro del otro,
y lo más importante quizá,
su sonrisa,
tímida o perfecta.
Se esboza mentalmente una rápida imagen,
para no olvidar el rostro del otro.
Ni conservar la mirada es suficiente,
porque es esquiva,
perdida y agobiante.
Incluso, indiferente.
incomprensiva ante la ansiedad.
Terminar o seguir.
Aguantar o Reventar.
Llorar o dormir.
Comer o vivir.
Estar o no estar.
Es la negación de la insoportable levedad del ser.
Cuando aún era soportable, tiempo atrás.
KAB