Las campanas de la iglesia suenan tristes
Como si lloraran desparramando notas
Y las calles parecen borrar mis huellas
Para simular que no me he ido
No fue sólo una lágrima
Que derramaron mis ojos
Cuando el destino me lleva
Por senderos desconocidos.
Dejé apagar la llama del amor
Que un tiempo todo lo incendió
Pero aún en sus blondas cenizas
Quiero amarte en el rescoldo
Es tarde y debo partir acongojado
Llevo una lágrima avergonzada
Que sigilosa resbala por mi rostro
Como anunciando la despedida.
El tiempo me dejó el alma rota
Dejando en cenizas mi triste esperanza
Devuélveme la temerosa sonrisa
Para amarte todo mi tiempo que ya se agota
De nada me sirve estar en el paraíso
Si no puedo estar contigo
De nada me sirve la vida
Si no la vives conmigo.
Lima, 1 de diciembre del 2020
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS