En silencio, sin saber dónde ir
la noche me cubre… el frio me baña,
me siento abrumado, tengo que partir,
la ira brutal la vista me empaña.
¡En una noche acabaste conmigo!,
olvidaste ¡Cuánto te había querido!
Desde entonces, la muerte persigo,
un trecho más, aunque esté herido.
Yo me siento abatido, desolado
si viene, no opondré resistencia
no hay para qué, sólo he quedado
en la nave de mi existencia.
Se ha abierto el cielo, ¡Curioso!
los ángeles bajan con manto blanco
los miro, me cubren, ¡Es armonioso¡
soy feliz, sonríen… me creen loco.
Tiro su manto, agarrando mi pecho
me levanto y les digo: ¡No es la hora!
aún no he pagado por haber querido,
quiero morir de amor, con dolor.
No es puro el amor que no duele,
el que no te hace llorar… ¡Viviré!
y en el último instante
su nombre, pronunciaré.
Delalma
Viernes, 13 de agosto de 2010