Solía ir al parque
entre castaños y abetos,
también solía amarte,
a ti con tus caretos.
Me daba serenidad,
el parque,
al son del caminar.
Debo algo darte...
Mi pomposo corazón,
desde que te vi
no hay razón
para que sea mío.
Obligarlo es cruel.
Al parque fui,
ya no sabe a miel
suspirando por ti.