Miranda Mori

Ángel

 

Mi alma te siente desde la distancia,

Oye tu voz y huele tu fragancia.

El cielo está más cerca de la tierra

Y la puerta de todo el mal se cierra.

 

Todo se encoge ante tu presencia.

Los demonios te suplican clemencia.

Me transformas en un niño inocente

Que en tus alas se siente más valiente.

 

No hay diferencia entre una nube y mi cama.

Estás ahí cuando mi alma te llama.

A donde voy tu aura me acompaña

Y nada mi felicidad empaña.

 

Mi espíritu olvida la ira y el miedo

Y cuando quieren tentarme retrocedo.

La oscuridad se apaga al instante

Con solo un rayo de tu luz radiante.

 

De entre todos los mortales del mundo

Dios me eligió con su amor profundo

Para gozar de tu poder infinito

Que me convierte en un ser bendito.