Aquel amor y sus vacías sentencias,
su rostro que el olvido no discute,
los siento rotos o llenos de nada,
perdidas del ayer las rosas dulces.
Se van de cada esquina los recuerdos,
la calle que devuelve otra ciudad,
rumores en las tiendas sin horario
y bares con oscura dignidad.
Lo digo y sin embargo poco importa
en esta noche sucia como niebla.
Los nombres del que yo soy y lo que habito,
manchados de experiencias.
Volviendo a cómo lo hicimos tan mal,
la vida se nos pasó ya sin remedio.
Me llevan hacia tu boca con desgana,
tus falsos ojos negros.