En una mañana de álgido azul,
mañana de luz y Mediterráneo,
el aroma de unos cálidos pétalos
besó la fría nieve de mis labios.
El verde rumoroso de las olas
en mí evocaba recuerdos lejanos
de una sonrisa llena de esperanza,
rota ya en mil pedazos.
Una cándida paloma volaba
entre la blanca sal y el azul álgido,
llevándose en sus argentinas alas
mis suspiros más amargos.
La brisa del mar en su boca traía
verdes sueños y aromas salados
que rememorar en mi alma querían
el amor de unos ojos ya olvidados.
Aromas de nostalgia