En el tocador veo mi imagen y sonrío
Me reconozco, no soy la misma de ayer
Muchos surcos hay en este rostro mío.
Son los años y no hay nada que temer
Complacida con la vida camino ágil
Por ello, deseo tocar el cielo que veo
Nada me confina aunque soy frágil.
Así busco alcanzarlo, pero me flojeo.
Consciente estoy de mis flaquezas
Y a nadie le suelo ocultar lo que soy,
No obstante, cuido bien, mis fuerzas
y prevenida por este mundo, yo voy.
Nunca dejo de cantar y menos de orar.
Mis de regocijos me los voy creando.
Una existencia bucólica, para variar
Hacen de mí un ser que va celebrando.
Con la maldad vivo en extrema cautela
No quiero ser sorprendida por malvados
soy sensible, como mi abuela
y me cuido con ritos que me fueron dados.
Vivo hoy, para hoy, no le temo a la muerte.
Temo a vivir muriendo como, si fuera a vivir.
Cierto es que, vivir sin vivir, ciega a la suerte
En la vida has de vivir y en la muerte, morir.
¡Cuando conoces tu esencia no hay engaño
Si pretendes no saber sólo procuras tu daño!