\"Acorazado en los anaqueles de la incertidumbre; me dispongo a oír al memorándum de Dios que no tarda en pronunciarse.En el balbuceo inmediato; habré de intuir un alfabeto metafísico, donde toda inconsistencia ha de cercenarse junto al ruido.Hoy dejo que la noche intente mil arengas, que los astros no brillen como otras noches, que el bálsamo se aletargue... el memorándum de Dios no tarda en pronunciarse\"