Me muero de esperar tanto sin verte
Sólo vivo por la dicha de amarte
Sé que si tú no estás las horas se alargarán
pero con tu presencia el tiempo se acortará.
No se de donde vino este amor
que me alegra y me tortura
Sólo se que fue el destino que para
mi se convirtió en locura.
Necesito de ti, de tu clemencia,
de la furia de luz de tu mirada;
esa roja y tremenda llamarada
que me impones, amor, de penitencia.