Ante la muerte nadie sabe qué hacer,
mientras yo muero cada noche…
Suicidio
Voy camino rumbo al cementerio,
deshojando cada uno de mis sueños,
intentando convivir hoy con los muertos;
tomo los momentos de mi infancia,
los convierto en polvo
y las horas, alucinan mi plegaria.
¡No! no puedo detenerlo,
sin embargo sé que tengo miedo,
el amor no ha tocado a mi puerta,
las llaves, las tiró por la ventana
y el momento más oscuro de mi vida,
se acerca con débiles pisadas.
Es hoy o nunca,
resolver lo que me angustia,
lo que come, poco a poco mi esperanza
y que derramo,
copa a copa en cada esquina,
por sentir tan solo una mirada.
Escucho serena los últimos latidos,
mientras comprendo
lo que hizo mi ignorancia.
Es tarde cuando ya enterró la daga,
cuando desangran las ganas de existir,
cuando es posible disminuir distancia
entre la vida y la muerte.
Y es sublime compartir,
sentimientos de angustia y esperanza.