letras.muertas

Espera...

Espera, no te marches, que aún no te vas y mis ojos reflejan el ocaso de mi vida sin ti,
mi alma titiritea de frío y ya le hace falta el calor de tus brazos  y el fuego que en tus ojitos solo yo vi.

Soy como un niño perdido mirando entre las sombras de la noche brujas y demonios que desean arrastrarme al olvido, tu olvido. 

No te vayas, detén tus pasos, no me dejes sólo, mira que aún no te vas y ya te estoy extrañando; soy como el viento frío, seco y lobrego que corre en campo abierto buscando abrazar las ramas de un árbol muerto.

Espera, no te vayas, míra que mis fuerzas flaquean mientras las risas burlonas de la soledad pacientes esperan para estremecer con escarnio mis huesos ya rotos. Escucha que mi corazón al ritmo de la melancolía late perdiendo poco a poco la ilusión y los sueños de latir junto al tuyo en un mismo son ¡eso soñó! que pasaría.

No te vayas míra que mis pies descalzos te seguirán aún si te vas a los confines del mundo, encajaran con perfección en las huellas de tus pasos ¡te seguirán! Así decidas ir al abismo más profundo.

Pero si te vas, vuelve pronto que mis brazos marchitos como hojas de otoño esperarán impacientes tu regreso, vuelve pronto y sacia la sed de mi alma con la miel de tus besos.