Más allá de tu aroma se derretía el cielo
en rutilantes cascadas de luz de oro y grana
y tus besos caían en la nieve de mis labios
como cálidos colores de rojas fragancias.
Dos verdes rayos traspasaron mi corazón
cuando mis ojos acariciaban tu mirada,
mientras un lívido suspiro de amor se ahogó
entre los encendidos ardores de mi cara.
En el carmesí aterciopelado de tus pétalos
escuché el zumbido de una abeja dorada
que libar quería entre tus cálidos aromas
el dulce frenesí de tu boca arrebolada.
Metamorfosearme en alado insecto querría
para libar la miel carmesí de tu fragancia
en el delirio de tu aterciopelada boca
una tarde de abril teñida de oro y grana.
Aromas de nostalgia