La escritura es el cuerpo,
las palabras el alma,
la voz el espíritu…
Un poema
A veces las palabras se fracturan,
como esqueletos de cien años,
la voz no se escucha,
se perfila o se esconde.
En ocasiones también se expande,
como bomba atómica,
destruye cualquier cosa;
o se contrae de tal manera,
que se comprime,
como el núcleo de una célula.
Y así, sin decir nada,
sigo buscando hojas de parra,
para escribir de amor,
aunque, no se oculte,
el pecado original.