Si este amor se sobrepone a la muerte,
a efectos de otorgarte la vida,
no es tanto el quererte
como el hacerte sentir querida.
¿Te extraña ver mis mejillas
cayendo a tus dones
por su propio peso
cuando mirándome, pones
los labios en posición de beso
antes de cargarme con un adiós?
Entiéndeme bien, pequeña,
de tu inagotable incandescencia
obtengo la contraseña
para acceder a una secuencia
de sucesivas auroras.
Si necesitas que te necesite,
se me hace necesario verte
adulterando de color y fantasía
esta realidad en sintonía
con los golpes de negra suerte.