De prisa corre la vida
y nos pasa por encima,
y jamás nadie imagina
cual ha de ser su medida.
Algunos la viven poco
otros nacer no lo logran,
y aquellos que edad les sobra
no les conforma tampoco.
Ya de niños el jardín
luego el colegio y la escuela,
siempre bajo una tutela
en tiempos de chiquilín.
Al ser mayor dos opciones,
estudiar o trabajar;
que abrevian el disfrutar
agregando imposiciones.
Y una familia se gesta,
en casi todos los casos,
y restan pocos retazos
de tiempo para la fiesta.
Y cuando llega el momento
de menos obligaciones,
se llegará hecho jirones
que fue seccionando el viento.
Y al fin echaremos cuenta
de lo esclavos que hemos sido,
siendo la vida un soplido
aunque se llegue hasta ochenta.
Jorge Horacio Richino
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