Alejandro José Diaz Valero

Casa grande

Muy triste el caracolito

por un dolor que lo devora

protestaba dando gritos

a su madre la caracola

 

Nuestra casa es muy chica,

tan estrecho es mi aposento

que ya ni nos abanica

la suave brisa del viento.

 

Nuestras pobres paredes

tienen tantas estrecheces

que acomodarse no puede

nuestro cuerpo cuando crece.

 

Causa grandes extrañezas

esa forma de espiral

y cuando asomo la cabeza

por la ventana frontal.

 

Perdone que le reclame

pero sáqueme de una duda

¿porque no compró una casa grande

como la de de doña tortuga?